Los gatos tienen sus espacios
y son las mismas casas de los humanos.
Ellos condescienden con las personas
y les dejan usar sus habitaciones.
Desde lo alto de los roperos observan a la gente
y si se porta bien, le hace una caricia
con sus arqueados lomos. Con suaves maullidos
dan su aquiescencia si se les ofrece pescado.
Son buenos, no regañan nunca, no hacen reclamos.
Si algo no les gusta, desaparecen por los techos
y no se les vuelve a ver ni el polvo, se hacen humo.
Casi soy un gato, entiéndeme, apenas hablo,
hago traducciones al lenguaje de los humanos.
Me has lanzado agua caliente y estoy curándome.
Lo que haré mañana todavía no lo he decidido.
Si me escuchas ronronear es porque te he perdonado.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ