Hefesto es un felino de pasaporte griego
que vive en Nueva York muy a sus anchas,
atendido como un rey medieval en su corte,
comiendo sopa Magiritsa en días de festejos.
Otras veces se sirve Batzos, ese simbólico
potaje de leche de cabra de Macedonia
que llega por avión desde la hermosa Atenas.
Su plato preferido es la Musaca, esos tomates,
esas berenjenas, ese cordero en aceite de oliva, todo.
Los grandes cocineros son Rigas Kappatos y Gloria Flórez,
que dejan por un rato a Vallejo, a Belli, a Lastra, los poetas,
o a Mozart, a Bach y a los niños cantores de Viena,
para mimar a Hefesto como corresponde.
Por la noche el gato ronronea cuando escucha
el ir y venir de las cóncavas naves en el vinoso Ponto,
en la solemne palabra de Homero
que la dice con dicción perfecta Rigas
en la claridad de los cielos estrellados.