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domingo, julio 28, 2024

ESPERO DE MARIO BENEDETTI

 ESPERO DE MARIO BENEDETTI

 

ESPERO DE MARIO BENEDETTI

Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás.
Sé que la distancia te hiere,
sé que las noches son más frías,
Sé que ya no estás.
Creo saber todo de ti.
Sé que el día de pronto se te hace noche:
sé que sueñas con mi amor, pero no lo dices,
sé que soy un idiota al esperarte,
Pues sé que no vendrás.
Te espero cuando miremos al cielo de noche:
tu allá, yo aquí, añorando aquellos días
en los que un beso marcó la despedida,
Quizás por el resto de nuestras vidas.
Es triste hablar así.
Cuando el día se me hace de noche,
Y la Luna oculta ese sol tan radiante.
Me siento sólo, lo sé,
nunca supe de nada tanto en mi vida,
solo sé que me encuentro muy sólo,
y que no estoy allí.
Mis disculpas por sentir así,
nunca mi intención ha sido ofenderte.
Nunca soñé con quererte,
ni con sentirme así.
Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí.
¿Por qué no estoy allí?, te preguntarás,
¿Por qué no he tomado ese bus que me llevaría a ti?
Porque el mundo que llevo aquí no me permite estar allí.
Porque todas las noches me torturo pensando en ti.
¿Por qué no solo me olvido de ti?
¿Por qué no vivo solo así?
¿Por qué no solo...




miércoles, mayo 29, 2024

Voy a cerrar los ojos en voz baja...Benedetti

 Voy a cerrar los ojos en voz baja...Benedetti

Voy a cerrar los ojos en voz baja...Benedetti

Voy a cerrar los ojos en voz baja
voy a meterme a tientas en el sueño.
En este instante el odio no trabaja

para la muerte, que es su pobre dueño
la voluntad suspende su latido
y yo me siento lejos, tan pequeño

que a Dios invoco, pero no le pido
nada, con tal de compartir apenas
este universo que hemos conseguido

por malas y a veces por las buenas.
¿Por qué el mundo soñado no es el mismo
que este mundo de muerte a manos llenas?

Mi pesadilla es siempre el optimismo:
me duermo débil, sueño que soy fuerte,
pero el futuro aguarda. Es un abismo.

No me digan cuando me despierte.



viernes, noviembre 24, 2023

NOSTALGIA POR MARIO BENEDETTI

 NOSTALGIA  POR MARIO BENEDETTI

NOSTALGIA  POR MARIO BENEDETTI

¿De qué se nutre la nostalgia?
Uno evoca dulzuras
cielos atormentados
tormentas celestiales
escándalos sin ruido
paciencias estiradas
árboles en el viento
oprobios prescindibles
bellezas del mercado
cánticos y alborotos
lloviznas como pena
escopetas de sueño
perdones bien ganados
pero con esos mínimos
no se arma la nostalgia
son meros simulacros
la válida la única
nostalgia es de tu piel



domingo, agosto 16, 2020

POEMAS DE MARIO BENEDETTI

 

Mario Benedetti

USTEDES Y NOSOTROS

Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial,
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.

Ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez,
nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien.

Ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom,
nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud.

Ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón,
nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función.
Ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal,
nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar.
Ustedes cuando aman
bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial,
nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.
 
   

 



UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
tiene una claridad que nos alumbra
de modo que si ocurre un desconsuelo
un apagón o una noche sin luna
es conveniente y hasta imprescindible
tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera un resplandor que da confianza
entonces dominguea el almanaque
vibran en su rincón las telarañas
y los ojos felices y felinos
miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
es una vocación para las manos
para los labios es casi un destino
y para el corazón un despilfarro
una mujer desnuda es un enigma
y siempre es una fiesta descifrarlo.

Una mujer desnuda y en lo oscuro
genera una luz propia y nos enciende
el cielo raso se convierte en cielo
y es una gloria no ser inocente
una mujer querida o vislumbrada
desbarata por una vez la muerte.

 



VICEVERSA

Tengo miedo de verte
necesidadde verte
esperanza de verte
desazones de verte
tengo ganas de hallarte
preocupación de hallarte
certidumbre de hallarte
pobres dudas de hallarte
tengo urgencia de oírte
alegría de oírte
buena suerte de oírte
y temores de oírte
o  sea resumiendo
estoy jodido y radiante
quizá más lo primero
que lo segundo
y también viceversa.
 


TE QUIERO
  
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
si te quiero es porque sos 
mi amor mi cómplice en todo 
y en la calle codo a  codo
somos mucho más que dos
tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos
y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso
es decir que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso
si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos

 


MÁS ACÁ DEL HORIZONTE

Más acá está la siembra, están los sueños
una infinita colección de rostros
la liturgia del mar y sus arenas
están los fuegos y está la ceniza
las inauguraciones y los ritos
las redes de la vida y la sencilla
la incorruptible muerte, la de todos
el horizonte, borde espurio y flaco
frontera del futuro, nada en cierne
es un enigma manso, tan hipócrita
que no asume su rango en el espacio
el horizonte es filo inofensivo
y sin embargo hiere desde lejos
las gaviotas lo asumen lo acompañan
y la noche lo cubre como puede
pero su línea nos persigue inmóvil
en la vigilia y en la duermevela
más acá está tu vientre tu espesura
la corteza del árbol que olvidaste
el espasmo imprevisto de los celos
las rondas de tu sangre, tus indultos
tus muertos y los míos, la campana
que se queja doliente en su clausura,
tu estilo de vivir o de apagarte
más acá estoy yo mismo, fanal tenue
que no ilumina ni desvela a nadie
escaso de propuestas y de súplicas
con mi cuerpo vulgar siempre a la espera
de tu cuerpo leal, ese desnudo
más acá estoy yo mismo, confundido
como un crédulo espejo sobre el agua
y no reflejo olas sino antorchas
que inventé como un juego y ya no invento
el horizonte mientras tanto vive
de su salitre y sus amaneceres
la ojeada del alba lo despierta
lo introduce flamante en el mercado
de luces de tinieblas y de sombras
el horizonte cesa cuando llueve
velado tras un llanto que no es suyo
o simplemente cuando tu mirada
deja de vislumbrarlo enceguecida
el tiempo en cambio no se esconde, ocurre,
nos deja turbios y turbados, pobres,
desengañadosde éstas y otras ferias
de otros huecos de dios y otras visiones
la verdad es que todo lo que amamos
todo lo que nos duele y lo que somos
existe más acá del horizonte.

 


INTIMIDAD

Soñamos juntos, juntos despertamos
el tiempo hace o deshace, mientras tanto
no le importan tu sueño, ni mi sueño
somos torpes o demasiado cautos
pensamos que no cae esa gaviota
creemos que es eterno este conjuro
que la batalla es nuestra o de ninguno
juntos vivimos, sucumbimos juntos
pero esa destrucción es una broma
un detalle, una ráfaga,un vestigio
un abrirse y cerrarse  el paraíso
ya nuestra intimidad es tan inmensa,
que la muerte la esconde en su vacío,
quiero que me relates el duelo que te callas
por mi parte te ofrezco mi última confianza
estás sola, estoy solo
pero a veces puede la soledad,
ser una llama.
 


DESDE LOS AFECTOS

Cómo hacerle saber que siempre hay tiempo,
que uno sólo debe buscarlo y desearlo,
que nadie establece normas, salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar, que también se puede odiar,
que el odio y el amor también son afectos,
que la agresión es porque se quiere mucho,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que cuanto más fuerte es el trazo más se dibuja,
que buscar un equilibrio no significa ser tibio,
que negar palabras implica abrir distancias,
que encontrarse es muy hermoso,
que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
que la vida parte del sexo,
¿Que el por qué? ¿De los niños tiene un por qué?
que el querer saber de alguien no es sólo curiosidad malsana,
que nunca está de más agradecer,
que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
que para no estar solo hay que dar, que para dar debimos recibir antes,
que para que nos den también hay que saber cómo pedir,
y saber pedir no es saber regalarse.

Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
que para que alguien sea, hay que saber ayudarlo,
que ayudar es saber apoyar y alentar,
que adular no es apoyar,
que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
que las cosas cara a cara son mas honestas,
que nadie es más honesto porque no roba,
que el que roba no es ladrón por placer,
que cuando no hay placer en las cosas que se hacen,
no se esta viviendo,
que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrarse,
que para no ser heridos levantamos muros,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
que volver no implica retroceder,
que retroceder también puede ser avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol...
cómo hacerte saber que nadie establece normas, sólo "la vida".

 


DEFENSA DE LA ALEGRÍA

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
dela famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
de azar y también de la alegría.

Mario Benedetti

 


Vamos Juntos

Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
compañero te desvela
la misma suerte que a mi
prometiste y prometí
encender esta candela

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la muerte mata y escucha
la vida viene después
la unidad que sirve es
la que nos une en la lucha

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
la historia tañe sonora
su lección como campana
para gozar el mañana
hay que pelear el ahora

con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
ya no somos inocentes
ni en la mala ni en la buena
cada cual en su faena
porque en esto no hay suplentes
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
algunos cantan victoria
porque el pueblo paga vidas
pero esas muertes queridas
van escribiendo la historia
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.

 



COMO SI FUÉRAMOS INMORTALES

Todos sabemos que nada ni nadie habrá de
ahorrarnos el final
sin embargo hay que vivir como si fuéramos
inmortales
sabemos que los caballos y los perros tienen las
patas sobre la tierra
pero no es descartable que en una nochebuena se
lancen a volar
sabemos que en una esquina no rosada aguarda
el ultimátum de la envidia
pero en definitiva será el tiempo el que diga dónde
es  dónde y quién es quién
sabemos que tras cada victoria el enemigo regresa
buscando más triunfos
y que volveremos a ser inexorablemente derrotados
vale decir que venceremos
sabemos que el odio viene lleno de imposturas
pero que las va a perder antes del diluvio o después
del carnaval
sabemos que el hambre está desnuda desde hace
siglos
pero  también que los saciados responderán
por los hambrientos
sabemos que la melancolía es un resplandor
y sólo eso
pero a los melancólicos nadie les quita lo bailado
sabemos que los bondadosos instalan cerrojos
de seguridad
pero la bondad suele escaparse por los tejados
sabemos que los decididores deciden como locos
o miserables
y que mañana o pasado alguien decidirá que no
decidan. sintetizando:
todos sabemos que nada ni nadie
habrá de ahorrarnos el final
pero así y todo hay que vivir como si fuéramos
inmortales.

 



BIENVENIDA

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan sólo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabés
cómo te pienso y te enumero 

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco 

yo nostalgio
tú nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie 

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros 

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable 

ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza 

sé que voy a quererte  sin preguntas
sé que vas a quererme  sin respuestas
 


 SOLEDADES 
Ellos tienen razón
esa felicidad
al menos con mayúscula  no existe
ah pero si existiera con minúscula
sería semejante a nuestra breve-presoledad 

después de la alegría viene la soledad
después de la plenitud viene la soledad
después del amor viene la soledad 

ya sé que es una pobre deformación
pero lo cierto es que es ese durable minuto
uno se siente-solo en el mundo 

sin asideros
sin pretextos
sin abrazos
sin rencores
sin las cosas que unen o separan 

y en esa sola manera de estar solo
ni siquiera uno se apiada de uno mismo
los datos objetivos son como siguen 

hay diez centímetros de silencio
entre tus manos y mis manos
una frontera de palabras no dichas
entre tus labios y mis labios
y algo que brilla así de triste
  entre tus ojos y mis ojos 

claro que la soledad no viene sola
si se mira por sobre el hombro mustio
de nuestras soledades
se verá un largo y compacto imposible
un sencillo respeto por terceros o cuartos
ese percance de ser buenagente 

después de la alegría
después de la plenitud
después del amor
viene la soledad 

conforme
pero
qué vendrá después
de la soledad 

a veces no me siento - tan solo
si imagino
mejor dicho si sé
que más allá de mi soledad-y de la tuya
otra vez estás vos
aunque sea preguntándote a solas
que vendrá después de la soledad

 



REQUIEM CON TOSTADAS


Sí, me llamo Eduardo. Usted me lo pregunta para entrar de algún modo en conversación, y eso puedo entenderlo. Pero usted hace mucho que me conoce, aunque de lejos. Como yo lo conozco a usted. Desde la época en que empezó a encontrarse con mi madre en el café de Larrañaga y Rivera, o en éste mismo. No crea que los espiaba. Nada de eso. Usted a lo mejor lo piensa, pero es porque no sabe toda la historia. ¿O acaso mamá se la contó? Hace tiempo que yo tenía ganas de hablar con usted, pero no me atrevía. Así que, después de todo, le agradezco que me haya ganado de mano. ¿Y sabe por qué tenía ganas de hablar con usted? Porque tengo la impresión de que usted es un buen tipo. Y mamá también era buena gente. No hablábamos mucho ella y yo. En casa, o reinaba el silencio, o tenía la palabra mi padre. Pero el Viejo hablaba casi exclusivamente cuando venía borracho, o sea casi todas las noches, y entonces más bien gritaba. Los tres le teníamos miedo: mamá, mi hermanita Mirta y yo. Ahora tengo trece años y medio, y aprendí muchas cosas, entre otras que los tipos que gritan y castigan e insultan, son en el fondo unos pobres diablos. Pero entonces yo era mucho más chico y no lo sabía. Mirta no lo sabe ni siquiera ahora, pero ella es tres años menor que yo, y sé que a veces en la noche se despierta llorando. Es el miedo. ¿Usted alguna vez tuvo miedo? A Mirta siempre le parece que el Viejo va a aparecer borracho, y que se va a quitar el cinturón para pegarle. Todavía no se ha acostumbrado a la nueva situación. Yo, en cambio, he tratado de acostumbrarme. Usted apareció hace un año y medio, pero el Viejo se emborrachaba desde hace mucho más, y no bien agarró ese vicio nos empezó a pegar a los tres. A Mirta y a mí nos daba con el cinto, duele bastante, pero a mamá le pegaba con el puño cerrado. Porque sí nomás, sin mayor motivo: porque la sopa estaba demasiado caliente, o porque estaba demasiado fría, o porque no lo había esperado despierta hasta las tres de la madrugada, o porque tenía los ojos hinchados de tanto llorar. Después, con el tiempo, mamá dejó de llorar. Yo no sé cómo hacía pero cuando él le pegaba, ella ni siquiera se mordía los labios, y no lloraba, y eso al Viejo le daba todavía más rabia. Ella era consciente de eso, y sin embargo prefería no llorar. Usted conoció a mamá cuando ella ya había aguantado y sufrido mucho, pero sólo cuatro años antes (me acuerdo perfectamente) todavía era muy linda y tenía buenos colores. Además era una mujer fuerte. Algunas noches, cuando por fin el Viejo caía estrepitosamente y de inmediato empezaba a roncar, entre ella y yo le levantábamos y lo llevábamos hasta la cama. Era pesadísimo, y además aquello era como levantar un muerto. La que hacía casi toda la fuerza era ella. Yo apenas si me encargaba de sostener una pierna, con el pantalón todo embarrado y el zapato marrón con los cordones sueltos. Usted seguramente creerá que el Viejo toda la vida fue un bruto.

 

HAGAMOS UN TRATO
 
Cuando sientas tu herida sangrar
cuando sientas tu voz sollozar
cuenta conmigo
 
(de una canción de Carlos Puebla)
 

Compañera
usted sabe
que puede contar
conmigo
no hasta dos
o hasta diez
sino contar
conmigo 
 

si alguna vez
advierte
que la miro a los ojos
y una veta de amor
reconoce en los míos
no alerte sus fusiles
ni piense qué delirio
a pesar de la veta
o tal vez porque existe
usted puede contar
conmigo

si otras veces
me encuentra
huraño sin motivo
no piense qué flojera
igual puede contar
conmigo

pero hagamos un trato
yo quisiera contar
con usted es tan lindo
saber que usted existe
uno se siente vivo
y cuando digo esto
quiero decir contar
aunque sea hasta dos
aunque sea hasta cinco
no ya para que acuda
presurosa en mi auxilio
sino para saber
a ciencia cierta
que usted sabe que puede
contar conmigo

Jaime Sabines (1926-1999)

 
 
Jaime Sabines
(1926-1999)

Poeta mexicano nacido en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; el 25 de marzo de 1926. Hijo de un libanés emigrado. Vivió alternativamente ahí y en la ciudad de México. Estudió medicina, pero abandonó estos estudios, posteriormente estudió letras en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se licenció en Lengua y Literatura Española. En su juventud participó en programas de radio. Fue diputado federal por el estado de Chiapas de 1976 a 1979 y diputado en el Congreso de la Unión en 1988 por el Distrito Federal. Fue poeta calificado por el presidente de México, Ernesto Zedillo, como uno de los más importantes del país en el siglo XX, falleció el 19 de marzo de 1999 en México, Distrito Federal, víctima de un cáncer a la edad de 72 años. Sus poemas son viajes al fondo oscuro de las emociones, siempre con fuerza y siempre desgarradores. De su interior sacó poemas toscos y abruptos. A veces acertó y a veces no, pero cuando lo logró, sus poemas, hablan del amor o de la muerte del padre, tienen una fuerza y una tenacidad en donde el ritmo del lenguaje y la potencia de las expresiones dejan sin aliento al lector, seguro de haber tocado una verdad. Fue Premio Villaurrutia en 1973 y Premio Nacional de Literatura en 1983. Sus libros son Horal (1950), La señal (1951), Adán y Eva (1952), Tarumba
(1956), Yuria (1967), Maltiempo (1972), Algo sobre la muerte del Mayor Sabines (1973) y Uno es el hombre (1990). Su obra está recopilada en Nuevo recuento de poemas (1977).



 




CABALLOS DE FUERZA

 
Acabo de estrenar un coche de lujo. Nunca en mi vida
había tenido sino pequeños carros, modestos, mediocres,
más bien pobres instrumentos de trabajo.
   Estuve alegre ayer todo el día, como cuando tuve bicicleta
a los once años.
   ¿Qué simbiosis se establece entre el objeto y uno
mismo? ¿Porqué la posesión de lo superfluo enaltece el
ánimo como una conquista?
   Con sus 240 caballos de fuerza parece que aumentara
la fuerza de uno mismo, su capacidad de acción, su poderío.
   Mi mujer y mis hijos están felices también. Nos hemos
paseado de un lado al otro admirando su vestidura
impecable, su palanca al piso, el espejo lateral que se
mueve desde dentro y tantas preciosidades que lo hacen
distinto.
   ¡Dios mío!, me pregunto, ¿esto es lo que llaman enajenación?,
¿o es el principio de mi decadencia?
   Bueno, me digo, consolándome: todavía me faltan
dos años para pagarlo.

 



CUANDO TENGAS GANAS DE MORIRTE

Cuando tengas ganas de morirte
esconde la cabeza bajo la almohada
y cuenta cuatro mil borregos.
Quédate dos días sin comer
y veras que hermosa es la vida:
carne, frijoles, pan.
Quédate sin mujer: verás.

Cuando tengas ganas de morirte
no alborotes tanto: muérete
y ya.

 



DIGO QUE NO PUEDE DECIRSE EL AMOR

Digo que no puede decirse el amor.
El amor se come como un pan,
se muerde como un labio,
se bebe como un manantial.
El amor se llora como a un muerto,
se goza como un disfraz.
El amor duele como un callo,
aturde como un panal,
y es sabroso como la uva de cera
y como la vida es mortal.

El amor no se dice con nada,
ni con palabras ni con callar.
Trata de decirlo el aire
y lo está ensayando el mar.
Pero el amante lo tiene prendido,
untado en la sangre lunar,
y el amor es igual que una brasa
y una espiga de sal.

La mano de un manco lo puede tocar,
la lengua de un mudo, los ojos de un ciego,
decir y mirar.
El amor no tiene remedio
y sólo quiere jugar.

 



EL DIABLO Y YO NOS ENTENDEMOS

El diablo y yo nos entendemos
como dos viejos amigos.
A veces se hace mi sombra,
va a todas partes conmigo.
Se me trepa a la nariz
y me la muerde
y la quiebra con sus dientes finos.
Cuando estoy en la ventana
me dice ¡brinca!
detrás del oído.
Aquí en la cama se acuesta
a mis pies como un niño
y me ilumina el insomnio
con luces de artificio.
Nunca se está quieto.
Anda como un maldito,
como un loco, adivinando
cosas que no me digo.
Quién sabe qué gotas pone
en mis ojos, que me miro
a veces cara de diablo
cuando estoy distraído.
De vez en cuando me toma
los dedos mientas escribo.
Es raro y simple. Parece
a veces arrepentido.
El pobre no sabe nada
de sí mismo.
Cuando soy santo me pongo
a murmurarle al oído
y lo mareo y me desquito.
Pero después de todo
somos amigos
y tiene una ternura como un membrillo
y se siente solo el pobrecito


 



ESPERO CURARME DE TI.

Espero curarme de ti en unos días. Debo dejar de fumarte,
de beberte, de pensarte. Es posible. Siguiendo las
prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo,
abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana? No
es mucho, ni es poco, es bastante. En una semana se
puede reunir todas las palabras de amor que se han pronunciado
sobre la tierra y se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras del
amor están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral y subversivo
del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿sabes manejar?", "se hizo de noche"...Entre las gentes,
a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho "ya es tarde",
y tú sabías que decía "te quiero".)

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.
Para dártelo. Para que hagas con él lo que tú quieras:
guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura. No sirve,
es cierto. Sólo quiero una semana para entender las cosas.
Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio
para entrar a un panteón.


 



LA COJITA ESTA EMBARAZADA

La cojita está embarazada.
se mueve trabajosamente,
pero qué dulce mirada
mira de frente.

Se le agrandaron sus ojos
como si su niño
también le creciera en ellos
pequeño y limpio.
A veces se queda viendo
quién sabe qué cosas
que en sus ojos blancos
se le vuelven rosas.

Anda entre toda la gente
trabajosamente.
No puede disimular,
pero, apunto de llorar,
la cojita, de repente,
se mira el vientre
y ríe. Y ríe la gente.

La cojita está embarazada
ahorita está en su balcón
y yo creo que se alegra
cantándose una canción:
"cojita del pie derecho
y también del corazón".

 



LA PROCESION DEL ENTIERRO

La procesión del entierro en las calles de la ciudad
es ominosamente patética. Detrás del carro que lleva el
cadáver, va el autobús, o los autobuses negros, con los
dolientes, familiares y amigos. Las dos o tres personas
llorosas, a quienes de verdad les duele, son ultrajadas
por los cláxones vecinos, por los gritos de los voceadores,
por las risas de los transeúntes, por la terrible indiferencia
del mundo. La carroza avanza, se detiene, acelera de nuevo,
y uno piensa que hasta los muertos tienen que respetar las
señales de tránsito. Es un entierro urbano, decente y expedito.

No tiene la solemnidad ni la ternura del entierro en provincia.
Una vez vi a un campesino llevando sobre los hombros una
caja pequeña y blanca. Era una niña, tal vez su hija. Detrás de
él no iba nadie, ni siquiera una de esas vecinas que se echan el
rebozo sobre la cara y se ponen serias, como si pensaran en la
muerte. El campesino iba solo, a media calle, apretado el sombrero
con una de las manos sobre la caja blanca. Al llegar al centro de
la población iban cuatro carros detrás de él, cuatro carros de
desconocidos que no se habían atrevido a pasarlo.

Es claro que no quiero que me entierren. Pero si algún día ha
de ser, prefiero que me encierren en el sótano de la casa, a ir
muerto por estas calles de Dios sin que nadie se dé cuenta de mí.
Porque si amo profundamente esta maravillosa indiferencia del mundo
hacia mi vida, deseo también fervorosamente que mi cadáver sea
respetado.


 


NO QUIERO CONVENCER A NADIE, DE NADA

No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de
convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra
su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la
gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no
demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios
pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¡Quién
es quién para decir "esto es así", si la historia de la
humanidad no es más que una historia de contradicciones y
de tanteos y de búsquedas?)

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de
ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni
afligirse, ni pensar en la muerte. "La vejez, la enfermedad
y la muerte", de Buda, no son más que la muerte, y la muerte
es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento.

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando,
acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo
posible!)

Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de
verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme
caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave.

No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente
a mis sueños.


 



TE DESNUDAS IGUAL

Te desnudas igual que si estuvieras sola
y de pronto descubres que estás conmigo.
¡Cómo te quiero entonces
entre las sábanas y el frío!

Te pones a flirtearme como a un desconocido
y yo te hago la corte ceremonioso y tibio.
Pienso que soy tu esposo
y que me engañas conmigo.

¡Y como nos queremos entonces en la risa
de hallarnos solos en el amor prohibido!

(Después, cuando pasó, te tengo miedo
y siento un escalofrío.)


 


TU CUERPO ESTA A MI LADO

Tu cuerpo está a mi lado
fácil, dulce, callado.
Tu cabeza en mi pecho se arrepiente
con los ojos cerrados
y yo te miro y fumo
y acaricio tu pelo enamorado.
Esta mortal ternura con que callo
te está abrazando a ti mientras yo tengo
inmóviles mis brazos.
Miro mi cuerpo, el muslo
en que descansa tu cansancio,
tu blando seno oculto y apretado
y el bajo y suave respirar de tu vientre
sin mis labios.

Te digo a media voz
cosas que invento a cada rato
y me pongo de veras triste y solo
y te beso como si fueras tu retrato.
Tú, sin hablar, me miras
y te aprietas a mí y haces tu llanto
sin lágrimas, sin ojos, sin espanto.
Y yo vuelvo a fumar, mientras las cosas
se ponen a escuchar lo que no hablamos.


 




¿QUÉ PUTAS PUEDO?

¿Qué putas puedo hacer con mi rodilla,
con mi pierna tan larga y tan flaca,
con mis brazos, con mi lengua,
con mis flacos ojos?
¿Qué puedo hacer en este remolino
de imbéciles de buena voluntad?
¿Qué puedo con inteligentes podridos
y con dulces niñas que no quieren hombre sino poesía?
¿Qué puedo entre los poetas uniformados
por la academia o por el comunismo?
¿Qué, entre vendedores o políticos
o pastores de almas?
¿Qué putas puedo hacer, Tarumba,
si no soy santo, ni héroe, ni bandido,
ni adorador del arte,
ni boticario,
ni rebelde?
¿Qué puedo hacer si puedo hacerlo todo
y no tengo ganas sino de mirar y mirar?

 

lunes, junio 29, 2020

Victor Marie Hugo (1802-1885)





Victor Marie Hugo
(1802-1885)

Poeta, novelista y dramaturgo francés cuyas voluminosas obras constituyeron un gran impulso, quizá el mayor dado por una obra singular, al romanticismo en aquel país. Hugo nació el 26 de febrero de 1802, en Besançon, y fue educado tanto con tutores particulares como en escuelas privadas de París. Era un niño precoz, que a muy corta edad decidió convertirse en escritor. En 1817 la Academia Francesa le premió un poema y, cinco años más tarde, publicó su primer volumen de poemas, Odas y poesías diversas, que fue seguido por las novelas Han ’Islande (1823) y Bug-Jargal (1824), y por los poemas de Odas y baladas (1826). En el prefacio de su extenso drama histórico Cromwell (1827), Hugo plantea un llamamiento a la liberación de las restricciones que imponían las tradiciones del clasicismo. Este encendido llamamiento se convirtió muy pronto en el manifiesto del romanticismo. La censura recayó sobre la segunda obra teatral de Hugo, Marion de Lorme (1829), basada en la vida de una cortesana francesa del siglo XVII, por considerarla demasiado liberal. Hugo se resarció de la censura el 25 de febrero de 1830, cuando su obra teatral en verso, Hernani, tuvo un tumultuoso estreno que aseguró el éxito del romanticismo. Hernani fue adaptada por el compositor italiano Giuseppe Verdi y dio como resultado su ópera Ernani (1844).

El periodo 1829-1843 fue el más productivo de la carrera de Victor Hugo. Su gran novela histórica Nuestra Señora de París (1831), un cuento que se desarrolla en el París del siglo XV, le hizo famoso y le condujo al nombramiento de miembro de la Academia Francesa en 1841. En otra novela de esta etapa, Claude Gueux (1834), condenó elocuentemente los sistemas penal y social de la Francia de su tiempo. Escribió varios volúmenes de poesía lírica que fueron muy bien recibidos. Entre ellos se cuentan Orientales (1829), Hojas de otoño (1831), Los cantos del crepúsculo (1835) y Voces interiores (1837). Obras teatrales de gran éxito suyas son : El rey se divierte (1832), adaptado por Verdi en su ópera Rigoletto (1851), el drama en prosa Lucrecia Borgia (1833) y el melodrama Ruy Blas (1838). En cambio Les Burgraves (1843) fue un estrepitoso fracaso.

Al disgusto de Hugo por el fracaso de esta obra se le unió ese mismo año la muerte de su hermana mayor y del marido de ésta, ambos ahogados. Se alejó de la poesía y se dedicó de un modo más activo a la política. Su familia siempre había sido bonapartista, y él mismo, en su juventud, había sido monárquico. En 1845 fue nombrado par de Francia por el rey Luis Felipe, pero cuando se produjo la revolución de 1848, Hugo era ya republicano. En 1851, después del fracaso de la revuelta contra el presidente Luis Napoleón, más tarde emperador con el nombre de Napoleón III, Hugo hubo de emigrar hacia Bélgica. En 1855 dio comienzo su largo exilio de quince años en la isla de Guernsey.

Durante estos años, Hugo escribió la feroz sátira, Napoleón el pequeño (1852), los poemas satíricos Los castigos (1853), el libro de poemas líricos Las contemplaciones (1856) y el primer volumen de su poema épico La leyenda de los siglos (1859-1883). En Guernsey completó su más extensa y famosa obra, Los miserables (1862), una novela que describe vívidamente, al tiempo que condena, la injusticia social de la Francia del siglo XIX.

Hugo regresó a Francia después de la caída del Segundo Imperio en 1870, y reanudó su carrera política. Fue elegido primero para la Asamblea Nacional y más tarde para el Senado. Entre las obras más destacables de sus últimos quince años se cuentan El noventa y tres (1874), una novela sobre la Revolución Francesa; y El arte de ser abuelo (1877), conjunto de poemas líricos acerca de su vida familiar.

Las obras de Víctor Hugo marcaron un decisivo hito en el gusto poético y retórico de las jóvenes generaciones de escritores franceses, y todavía es considerado como uno de los poetas más importantes de este país.

Después de su muerte, acaecida el 22 de mayo de 1885, en París, su cuerpo permaneció expuesto bajo el Arco del Triunfo y fue trasladado, según su deseo, en un mísero coche fúnebre, hasta el Panthéon, donde fue enterrado junto a algunos de los más célebres ciudadanos franceses.

1820 Ode sur la Mort du Duc de Berry
1824 Nouvelles Odes
1826 Odes et Ballades
1827 Cromwell
1829 Les Orientales , Le dernier jour d'un condamné, Marion De Lorme
1830 Hernani
1831 Notre-Dame de Paris, Feuilles d'Automne
1832 Le Roi s'amuse
1833 Lucrèce Borgia, Marie Tudor
1835 Le Chants du Crépuscule
1837 Voix intérieures
1838 Ruy Blas
1843 Les Burgraves
1852 Napoléon le Petit
1853 Les Châtiments
1856 Les Contemplations
1859 La Légende des Siècles
1862 Les Misérables
1863 William Shakespeare
1865 Chansons des rues et des bois
1866 Les Travailleurs de la mer, Mille francs de récompense, l'Intervention
1869 l'Homme qui rit
1874 Quatre-Vingt-Treize et Mes Fils
1875 deux premiers volumes d'Actes et Paroles (Avant l'exil et pendant l'exil)
1876 troisième volume d'Actes et Paroles (Depuis l'exil)
1877 deuxième série de la Légende des Siècles , l'Art d'être grand-père, première partie de l'Histoire d'un crime
1878 deuxième partie de l'Histoire d'un crime, Le Pape
1879 La Pitié Suprême
1880 Religions et religion (écrit en 1870)
1883 troisième Tome de la Légende des Siècles
Posthume
1886 La Fin de Satan
1887-1900 Choses vues (essai)


 

 A UNA MUJER

  Victor Hugo

¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino,
mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado,
mi corona de oro, mis piscinas de pórfido,
y mis flotas, para las que no bastaría el mar,
por una mirada tuya.
Si yo fuera Dios, la tierra y las olas,
los ángeles, los demonios sujetos a mi ley.
Y el profundo caos de profunda entraña,
la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos
¡daría por un beso tuyo!   
 
 
 
 
 
  ¡VEN! EN LA PRADERA EN FLOR

  Victor Hugo

¡Ven! En la pradera en flor,
suena una flauta invisible…
El canto más apacible
es el canto del pastor.
Un hálito fresco y suave
riza la onda de cristal…
La música más jovial
es la música del ave.
¡Que la sombra del dolor
no nuble tu faz radiante!
El himno más palpitante
es el himno del amor.
Versión de Salvador Díaz Mirón
 
 
 

  SI PUDIÉRAMOS IR

 Victor Hugo

 Él decía a su amada: Si pudiéramos ir
los dos juntos, el alma rebosante de fe,
con fulgores extraños en el fiel corazón,
ebrios de éxtasis dulces y de melancolía,  
 hasta hacer que se rompan los mil nudos con que ata
la ciudad nuestra vida; si nos fuera posible
salir de este París triste y loco, huiríamos;
no se adónde, a cualquier ignorado lugar,
lejos de vanos ruidos, de los odios y envidias,
a buscar un rincón donde crece la hierba,
donde hay árboles y hay una casa chiquita
con sus flores y un poco de silencio, y también
soledad, y en la altura cielo azul y la música
de algún pájaro que se ha posado en las tejas,
y un alivio de sombra… ¿Crees que acaso podemos
tener necesidad de otra cosa en el mundo?
Versión de Víctor M. Londoño 

  

 QUIEN NO AMA NO VIVE *

 Victor Hugo

Quienquiera que fueres, óyeme:
si con ávidas miradas
nunca tú a la luz del véspero
has seguido las pisadas,
el andar süave y rítmico
de una celeste visión;
O tal vez un velo cándido,
cual meteoro esplendente,
que pasa, y en sombras fúnebres
ocúltase de repente,
dejando de luz purísima
un rastro en el corazón;
Si sólo porque en imágenes
te la reveló el poeta,
la dicha conoces íntima,
la felicidad secreta,
del que árbitro se alza único
de otro enamorado ser;
Del que más nocturnas lámparas
no ve, ni otros soles claros,
ni lleva en revuelto piélago
más luz de estrellas ni faros
que aquella que vierten mágica
los ojos de una mujer;
Si el fin de sarao espléndido
nunca tú aguardaste afuera,
embozado, mudo, tétrico
mientras en la altavidriera
reflejos se cruzan pálidos
del voluptuoso vaivén),
Para ver si como ráfaga
luminosa a la salida,
con un sonreír benévolo
te vuelve esperanza y vida
joven beldad de ojos lánguidos,
orlada en flores la sien.
Si celoso tú y colérico
no has visto una blanca mano
usurpada, en fiesta pública,
por la de galán profano,
y el seno que adoras, próximo
a otro pecho, palpitar;
Ni has devorado los ímpetus
de reconcentrada ira,
rodar viendo el valse impúdico
que deshoja, mientras gira
en vertiginoso círculo,
flores y niñas al par;
Si con la luz del crepúsculo
no has bajado las colinas,
henchida sintiendo el ánima
de emociones mil divinas,
ni a lo largo de los álamos
grato el pasear te fue;
Si en tanto que en la alta bóveda
un astro y otro relumbra,
dos corazones simpáticos
no gozasteis la penumbra,
hablando palabras místicas,
baja la voz, tardo el pie;
Si nunca al roce magnético
temblaste de ángel soñado;
si nunca un Te amo dulcísimo,
tímidamente exhalado,
quedó sonando en tu espíritu
cual perenne vibración;
Si no has mirado con lástima
al hombre sediento de oro,
para el que en vano munífico
brinda el amor su tesoro,
y de regio cetro y púrpura
no tuviste compasión;
Si en medio de noche lóbrega
cuando todo duerme y calla,
y ella goza sueño plácido,
contigo mismo en batalla
no te desataste en lágrimas
con un despecho infantil;
Si enloquecido o sonámbulo
no la has llamado mil veces,
quizá mezclando frenético
las blasfemias a las preces,
también a la muerte, mísero,
invocando veces mil;
Si una mirada benéfica
no has sentido que desciende
a tu seno, como súbito
lampo que las sombras hiende
y ver nos hace beatífica
región de serena luz;
O tal vez el ceño gélido
sufriendo de la que adoras,
no desfalleciste exánime,
misterios de amor ignoras;
ni tú has probado sus éxtasis
ni tú has llevado su cruz.
Versión de Miguel Antonio Caro

*No ha habido que traducir el título, porque el autor tuvo el capricho
de ponerlo en español. N. del T.
 
 

  PLENITUD

Victor Hugo

Puesto que apliqué mis labios a tu copa llena aún,
y puse entre tus manos mi pálida frente;
puesto que alguna vez pude respirar el dulce aliento
de tu alma, perfume escondido en la sombra.
Puesto que me fue concedido escuchar de ti
las palabras en que se derrama el corazón misterioso;
ya que he visto llorar, ya que he visto sonreír,
tu boca sobre mi boca, tus ojos en mis ojos.
Ya que he visto brillar sobre mi cabeza ilusionada
un rayo de tu estrella, ¡ay!, siempre velada.
Ya que he visto caer en las ondas de mi vida
un pétalo de rosa arrancado a tus días,
puedo decir ahora a los veloces años:
¡Pasad! ¡Seguid pasando! ¡Yo no envejeceré más!
Idos todos con todas nuestras flores marchitas,
tengo en mi álbum una flor que nadie puede cortar.
vuestras alas, al rozarlo, no podrán derramar
el vaso en que ahora bebo y que tengo bien lleno.
Mi alma tiene más fuego que vosotros ceniza.
Mi corazón tiene más amor que vosotros olvido.
Versión de L. S.
 
 
 

  OCÉANO NOX

 Victor Hugo

¡Ay!, ¡cuántos capitanes y cuántos marineros
que buscaron, alegres, distantes derroteros,
se eclipsaron un día tras el confín lejano!
Cuántos ¡ay!, se perdieron, dura y triste fortuna,
en este mar sin fondo, entre sombras sin luna,
y hoy duermen para siempre bajo el ciego oceano.
¡Cuántos pilotos muertos con sus tripulaciones!
La hojas de sus vidas robaron los tifones
y esparciolas un soplo en las ondas gigantes.
Nadie sabrá su muerte en este abismo amargo.
Al pasar, cada ola de un botín se hizo cargo:
una cogió el esquife y otra los tripulantes.
Se ignora vuestra suerte, oh cabezas perdidas
que rodáis por las negras regiones escondidas
golpeando vuestras frentes contra escollos ignotos.
¡Cuántos padres vivían de un sueño solamente
y en las playas murieron esperando al ausente
que no regresó nunca de los mares remotos!
En las veladas hablan a veces de vosotros.
Sentados en las anclas, unos fuman y otros
enlazan vuestros nombres -ya de sombra cubierta-
a risas, a canciones, a historias divertidas,
o a los besos robados a vuestras prometidas,
¡mientras dormís vosotros entre las algas yertos!
Preguntan: « ¿Dónde se hallan? ¿Triunfaron? ¿Son felices?
¿Nos dejaron por otros más fértiles países?»
Después, vuestro recuerdo mismo queda perdido.
Se traga el mar el cuerpo y el nombre la memoria.
Sombras sobre las sombras acumula la historia
y sobre el negro océano se extiende el negro olvido.
Pronto queda el recuerdo totalmente borrado.
¿No tiene uno su barca, no tiene otro su arado?
Tan sólo vuestras viudas, en noches de ciclones,
aún hablan de vosotros-ya de esperar cansadas-
moviendo así las tristes cenizas apagadas
de sus hogares muertos y de sus corazones.
Y cuando al fin la tumba los párpados les cierra,
nada os recuerda, nada, ni una piedra en la tierra
del cementerio aldeano donde el eco responde,
ni un ciprés amarillo que el otoño marchita,
ni la canción monótona que un mendigo musita
bajo un puente ya en ruinas que su dolor esconde.
¿En dónde están los náufragos de las noches oscuras?
¡Sabéis vosotras, ¡olas! , siniestras aventuras,
olas que en vano imploran las madres de rodillas!
¡Las contáis cuando avanza la marea ascendente
y esto es lo que os da aquella voz amarga y doliente
con que lloráis de noche golpeando en las orillas!
Versión de Andrés Holguín
 
 
 

   NOCHE DE JUNIO

 Victor Hugo

Muere el día en verano. De sus flores cubierto,
vierte el campo a lo lejos un perfume embriagante.
Con los ojos cerrados y el oído entreabierto,
dormimos en un sueño más claro y fascinante.
Es más grata la sombra y el lucero es más puro.
Una luz imprecisa los espacios colora,
y el alba dulce y pálida, esperando su hora,
vaga toda la noche al pie del cielo oscuro.
Versión de Andrés Holguín

 

  LOS NIDOS

Victor Hugo

Cuando el soplo de abril abre las flores,
buscan las golondrinas
de la vieja torre las agrestes ruinas;
los pardos ruiseñores
buscando van, bien mío,
el bosque más sombrío,
para esconder a todos su morada
en los frondosos ramos.
y nosotros también, en el tumulto
de la inmensa ciudad, hogar oculto
anhelantes buscamos,
donde jamás oblicua una mirada
llegue como un insulto;
y preferimos las desiertas calles
donde la turba inquieta
en tropel no se agrupa; y en los valles
las sendas del pastor y del poeta;
y en la selva el rincón desconocido
donde no llegan del mundo los rumores.
Como esconden los pájaros su nido,
vamos allí a ocultar nuestros amores.
Versión de Salvador Díaz Mirón


  LISE

 Victor Hugo

Yo tenía doce años; dieciséis ella al menos.
Alguien que era mayor cuando yo era pequeño.
Al caer de la tarde, para hablarle a mis anchas,
esperaba el momento en que se iba su madre;
luego con una silla me acercaba a su silla,
al caer de la tarde, para hablarle a mis anchas.
¡Cuánta flor la de aquellas primaveras marchitas,
cuánta hoguera sin fuego, cuánta tumba cerrada!
¿Quién se acuerda de aquellos corazones de antaño?
¿Quién se acuerda de rosas florecidas ayer?
Yo sé que ella me amaba. Yo la amaba también.
Fuimos dos niños puros, dos perfumes, dos luces.
Ángel, hada y princesa la hizo Dios. Dado que era
ya persona mayor, yo le hacía preguntas
de manera incesante por el solo placer
de decirle: ¿Por qué? Y recuerdo que a veces,
temerosa, evitaba mi mirada pletórica
de mis sueños, y entonces se quedaba abstraída.
Yo quería lucir mi saber infantil,
la pelota, mis juegos y mis ágiles trompos;
me sentía orgulloso de aprender mi latín;
le enseñaba mi Fedro, mi Virgilio, la vida
era un reto, imposible que algo me hiciera daño.
Puesto que era mi padre general, presumía.
Las mujeres también necesitan leer
en la iglesia en latín, deletreando y soñando;
y yo le traducía algún que otro versículo,
inclinándome así sobre su libro abierto.
El domingo, en las vísperas, desplegar su ala blanca
sobre nuestras cabezas yo veía a los ángeles.
De mí siempre decía: ¡Todavía es un niño!
Yo solía llamarla mademoiselle Lise.
Y a menudo en la iglesia, ante un salmo difícil,
me inclinaba feliz sobre su libro abierto.
Y hasta un día, ¡Dios mío, Tú lo viste!, mis labios
hechos fuego rozaron sus mejillas en flor.
Juveniles amores, que duraron tan poco,
sois el alba de nuestro corazón, hechizad
a aquel niño que fuimos con un éxtasis único.
Y al caer de la tarde, cuando llega el dolor,
consolad nuestras almas, deslumbradas aún,
juveniles amores, que duraron tan poco.
Versión de Enrique Uribe White

 
 

  LA TUMBA Y LA ROSA

Victor Hugo

La tumba dijo a la rosa:
-¿Dime qué haces, flor preciosa,
lo que llora el alba en ti?
La rosa dijo a la tumba:
-de cuanto en ti se derrumba,
sima horrenda, ¿qué haces, di?
Y la rosa: -¡Tumba oscura
de cada lágrima pura
yo un perfume hago veloz.
Y la tumba: -¡Rosa ciega!
De cada alma que me llega
yo hago un ángel para Dios.
Versión de Rafael Pombo

 

 LA BELLEZA Y LA MUERTE

 Victor Hugo

La belleza y la muerte son dos cosas profundas,
con tal parte de sombra y de azul que diríanse
dos hermanas terribles a la par que fecundas,
con el mismo secreto, con idéntico enigma.
Oh, mujeres, oh voces, oh miradas, cabellos,
trenzas rubias, brillad, yo me muero, tened
luz, amor, sed las perlas que el mar mezcla a sus aguas,
aves hechas de luz en los bosques sombríos.
Más cercanos, Judith, están nuestros destinos
de lo que se supone al ver nuestros dos rostros;
el abismo divino aparece en tus ojos,
y yo siento la sima estrellada en el alma;
mas del cielo los dos sé que estamos muy cerca,
tú porque eres hermosa, yo porque soy muy viejo.
Versión de Carlos Pujol


 

 EL TRIUNFO

 Victor Hugo


  Estaba despeinada y con los pies desnudos
al borde del estanque y en medio del juncal…
Creí ver una ninfa, y con acento dulce:
“¿quieres venir al bosque?”, le pregunté al pasar.
 Lanzóme la mirada suprema que fulgura
en la beldad vencida que cede a la pasión;
y yo le dije: “Vamos; es la época en que se ama:
¿quieres seguirme al fondo del naranjal en flor?”
Secó las plantas húmedas en el mullido césped,
fijó en mí las pupilas por la segunda vez,
y luego la traviesa quedóse pensativa…
¡Qué canto el de las aves en el momento aquel!
¡Con qué ternura la onda besaba la ribera!
De súbito la joven se dirigió hacia mí,
rïendo con malicia por entre los cabellos
flotantes y esparcidos sobre la faz gentil.
Versión de Salvador Díaz Mirón

  CANCIÓN II

 Victor Hugo

 Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí?
Y si así me enloquecéis,
¿por qué me miráis así?
Si nada de mí queréis,
¿por qué os acercáis a mí? 
Si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?
Del hermoso porvenir,
de la dicha en que soñáis,
si nada intentáis decir,
¿por qué mi mano apretáis?
Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?
Sois mi afán y sois mi fe;
tiemblo al veros ¡ay de mí!
Si queréis que aquí no esté,
¿por qué pasáis por aquí?
Versión de Salvador Díaz Mirón

  CANCIÓN

 Victor Hugo 

Nace el alba y tu puerta está cerrada
Hermosa mía, ¿a qué dormir?
¿Si se despierta la rosa,
no vas a despertar tú? 
Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.
Todo llama a tu puerta bendita.
Dice la aurora: «yo soy el día.»
Dice el pájaro: «yo la armonía.»
Y mi corazón: «yo el amor.»
Mi lindo encanto
escucha ya,
a tu amante que canta
y también llora.
Te adoro, ángel, te amo mujer
Dios que me completó contigo
creó mi amor para tu alma.
Y mis ojos para tu belleza.
Versión de Rafael Pombo


  BOOZ DORMIDO

 Victor Hugo

Booz se había acostado, rendido de fatiga;
Todo el día había trabajado sus tierras
y luego preparado su lecho en el lugar de siempre;
Booz dormía junto a los celemines llenos de trigo.
Ese anciano poseía campos de trigo y de cebada;
Y, aunque rico, era justo;
No había lodo en el agua de su molino;
Ni infierno en el fuego de su fragua.
Su barba era plateada como arroyo de abril.
Su gavilla no era avara ni tenía odio;
Cuando veía pasar alguna pobre espigadora:
“Dejar caer a propósito espigas” -decía.
Caminaba puro ese hombre, lejos de los senderos desviados,
vestido de cándida probidad y lino blanco;
Y, siempre sus sacos de grano, como fuentes públicas,
del lado de los pobres se derramaban.
Booz era buen amo y fiel pariente;
aunque ahorrador, era generoso;
las mujeres le miraban más que a un joven,
pues el joven es hermoso, pero el anciano es grande.
El anciano que vuelve hacia la fuente primera,
entra en los días eternos y sale de los días cambiantes;
se ve llama en los ojos de los jóvenes,
pero en el ojo del anciano se ve luz.
 
2
Así pues Booz en la noche, dormía entre los suyos.
Cerca de las hacinas que se hubiesen tomado por ruinas,
los segadores acostados formaban grupos oscuros:
Y esto ocurría en tiempos muy antiguos.
Las tribus de Israel tenían por jefe un juez;
la tierra donde el hombre erraba bajo la tienda, inquieto
por las huellas de los pies del gigante que veía,
estaba mojada aún y blanda del diluvio.
 
3
Así como dormía Jacob, como dormía Judith,
Booz con los ojos cerrados, yacía bajo la enramada;
entonces, habiéndose entreabierto la puerta del cielo
por encima de su cabeza, fue bajando un sueño.
Y ese sueño era tal que Booz vio un roble
que, salido de su vientre, iba hasta el cielo azul;
una raza trepaba como una larga cadena;
Un rey cantaba abajo, arriba moría un dios.
Y Booz murmuraba con la voz del alma:
“¿Cómo podría ser que eso viniese de mí?
la cifra de mis años ha pasado los ochenta,
y no tengo hijos y ya no tengo mujer.
Hace ya mucho que aquella con quien dormía,
¡Oh Señor! dejó mi lecho por el vuestro;
Y estamos todavía tan mezclados el uno al otro,
ella semi viva, semi muerto yo.
Nacería de mí una raza ¿cómo creerlo?
¿Cómo podría ser que tenga hijos?
Cuando de joven se tienen mañanas triunfantes,
el día sale de la noche como de una victoria;
Pero de viejo, uno tiembla como el árbol en invierno;
viudo estoy, estoy solo, sobre mí cae la noche,
e inclino ¡oh Dios mío! mi alma hacia la tumba,
como un buey sediento inclina su cabeza hacia el agua”.
Así hablaba Booz en el sueño y el éxtasis,
volviendo hacia Dios sus ojos anegados por el sueño;
el cedro no siente una rosa en su base,
y él no sentía una mujer a sus pies.
 
4
Mientras dormía, Ruth, una Moabita,
se había recostado a los pies de Booz, con el seno desnudo,
esperando no se sabe qué rayo desconocido
cuando viniera del despertar la súbita luz.
Booz no sabía que una mujer estaba ahí,
y Ruth no sabía lo que Dios quería de ella.
Un fresco perfume salía de los ramos de asfodelas;
los vientos de la noche flotaban sobre Galgalá.
La sombra era nupcial, augusta y solemne;
allí, tal vez, oscuramente, los ángeles volaban,
a veces, se veía pasar en la noche,
algo azul semejante a un ala.
La respiración de Booz durmiendo
se mezclaba con el ruido sordo de los arroyos sobre el musgo.
Era un mes en que la naturaleza es dulce,
y hay lirios en la cima de las colinas.
Ruth soñaba y Booz dormía; la hierba era negra;
Los cencerros del ganado palpitaban vagamente;
Una inmensa bondad caía del firmamento;
Era la hora tranquila en que los leones van a beber.
Todo reposaba en Ur y en Jerimadet;
Los astros esmaltaban el cielo profundo y sombrío;
El cuarto creciente fino y claro entre esas flores de la sombra
brillaba en Occidente, y Ruth se preguntaba,
inmóvil, entreabriendo los ojos bajo sus velos,
qué dios, qué segador del eterno verano,
había dejado caer negligentemente al irse
esa hoz de oro en los campos de estrellas.
Versión de L.S. 


  AYER, AL ANOCHECER

Victor Hugo

Las sombras descendían, los pájaros callaban,
la luna desplegaba su nacarado olán.
La noche era de oro, los astros nos miraban
y el viento nos traía la esencia del galán.
El cielo azul tenía cambiantes de topacio,
la tierra oscura cabello de bálsamo sutil;
tus ojos más destellos que todo aquel espacio,
tu juventud más ámbar que todo aquel abril.
Aquella era la hora solemne en que me inspiro,
en que del alma brota el cántico nupcial,
el cántico inefable del beso y del suspiro,
el cántico más dulce, del idilio triunfal.
De súbito atraído quizá por una estrella,
volviste al éter puro tu rostro soñador…
Y dije a los luceros: “¡verted el cielo en ella!”
y dije a tus pupilas: “¡verted en mí el amor!”
Versión de Salvador Díaz Mirón 

 POEMA ALBORADA

 Victor Hugo

Ya brilla la aurora fantástica, incierta,
velada en su manto de rico tisú.
¿Por qué, niña hermosa, no se abre tu puerta?
¿Por qué cuando el alba las flores despierta
durmiendo estás tú?
Llamando a tu puerta, diciendo está el día:
“Yo soy la esperanza que ahuyenta el dolor”.
El ave te dice: “Yo soy la armonía”.
Y yo, suspirando, te digo: “Alma mía,
yo soy el amor”.
Versión de F. Maristany 
  9 de julio de 1843.

"¡Oh! ¡Piensa en mí! ¡Quiéreme! Sueña con el último minuto cuando nos vimos y el primer minuto cuando volveremos a vernos “  "¡Oh Dios mío! ¡Que es largo, y necesito verte! Ángel dulce, fija tus ojos adorables sobre mí. De aquí los sentiré. Esto me recalentará el alma. Te quiero. ¡Eres mi vida! Hasta el jueves, ¡oh qué largo es!".
  Victor Hugo.


Carta de Victor Hugo a Adéle Foucher (fragmento)

 20 de octubre en la noche

Esta es una carta muy importante, Adéle; de ahora en adelante todo entre nosotros depende de la impresión que te cause. Trataré de ordenar coherentemente algunas ideas, y ciertamente tendré que desvelarme esta noche peleando de nuevo. Voy a hablarte seria e intimamente, y sólo deseo que ello pueda ser en persona, porque entonces podré tener tu respuesta (que esperaré con gran impaciencia) en el acto, y juzgar por mí mismo, por tu expresión, el efecto que mis palabras están teniendo sobre tí, un efecto que será crucial para decidir nuestro futuro común.
Hay una palabra Adéle, que aparentemente hasta ahora hemos tenido miedo de usar -la palabra amor-, no obstante que lo que siento por tí es amor genuino; el problema es uno de complicidad: si lo que sientes por mí es también amor.
Esta carta removerá esta duda, sobre cuya resolución depende mi vida entera. [...] 

 
 Literatura:
Juliette y Victor Hugo, un alma apasionada entregada a un ardiente corazón 
Por PAMELA GUZMÁN 
 
PARIS - “Si mi nombre vive, el vuestro vivirá”, vaticinó a Juliette el que fue su amante durante 50 años y que no era otro sino que el propio Victor Hugo, una de las más grandes plumas de la literatura universal. El tiempo así lo cumplió y ahora París rinde homenaje a Juliette Drouet con una exposición que descubre el alma apasionada de una mujer que vivió por y para su gran amor. La muestra es un homenaje a un amor de siempre. 

París, en la que fuera la residencia de Victor Hugo hoy transformada en museo, hay instalada actualmente una exposición que disecciona y elogia nada menos que 50 años de un “amor eterno”, de ése de novela romántica, sufrido y gozado por el genial autor de “Los Miserables” y Juliette Drouet, antaño una anónima huerfanita parisina que llegó a ser modelo de pintores y actriz de teatro antes de enamorarse del gran escritor. “Mi alma a tu corazón se entregó...”, es el título de la muestra, “un homenaje poético” a la amante de toda una vida --una “proscrita abnegada” como la bautizó el propio Victor Hugo--, en el bicentenario de su nacimiento. 

El hilo central de la exposición lo constituye una cadena de algunas de las más de 20.000 cartas de amor escritas por Juliette a su “maestro” durante medio siglo de una relación amorosa que sólo terminó con su muerte. A través de las misivas -que en algunos días llegaron a ser hasta ocho…por día--, se reconstruye la existencia de una mujer en la que, según los curadores de la exposición, “el amor por la escritura y la escritura del amor se confunden”.

“Tus cartas, mi Juliette, son mi tesoro, mis joyas, mi riqueza. Nuestra vida está ahí, depositada día a día, pensamiento a pensamiento. Todo lo que has soñado está ahí, todo lo que has sufrido está ahí. Son tantos pequeños espejos encantadores y cada uno refleja una parte de la belleza de tu alma”. Así lo escribió el propio Victor Hugo en 1938, cinco años después del comienzo de su relación clandestina con Juliette. El visitante puede viajar ahora por la vida de esta mujer a través de esas mismas misivas, recogidas en cuatro salas y acompañadas por grabados, acuarelas y pinturas de la época. 

La exposición sigue un hilo biográfico, a partir del nacimiento de Juliette, el 10 de abril de 1806. En realidad se llamó Julienne Gauvain. Fue la cuarta hija de una pareja de sastres, que murieron cuando ella contaba tan sólo dos años. Recogida por un tío, cuando éste se separó, se vio obligado a dejarla en el orfanato de las Damas de Santa Madalena, en París, donde vivió hasta su adolescencia. Julienne pronto dejará sentir sus primeras huellas en el mundo artístico parisino. Su encuentro con el pintor Jean Jacques Pradier, en 1825, fue decisivo. Se convirtió en su modelo y también en su amante. Con él tuvo a su única hija, Claire, que nació en 1926. 

Pradier dio su rostro a odaliscas, musas y ninfas que atrajeron la atención de otros artistas de la época, convirtiéndola así en una de las modelos más apreciadas entre los románticos. Julienne era bella y no se contentó con su fama de modelo. Decidió ser actriz. No tenía grandes cualidades interpretativas pero sí una gran belleza, distinguida y refinada, muy del gusto de la época. 

A partir del verano de 1828 pasó a llamarse “la Señorita Juliette” y logró un contrato para actuar en el Teatro del Parque, en Bruselas. Unas críticas favorables la llevaron a París, al Teatro de la Puerta de San Martín. Durante los siguientes tres años cosechó éxitos y fama. En esos tiempos, el éxito también hacía sonreír a un Victor Hugo que, a sus 30 años había publicado ya “Notre-Dame de París”, llevaba diez años de matrimonio con Adele, tenía cuatro hijos y acababa de comprar su casa parisina de Place de Vosges. 

La exposición recoge este período con grabados y litografías de Juliette en algunas de las representaciones de la época. Pero no aporta testimonios de un baile en 1832, donde por primera vez el escritor coincidió con la actriz. Esa “pureza, juventud, inocencia, que recuerda la belleza de las estatuas griegas”, según afirmaban algunos críticos teatrales de la época, hizo mella en Victor Hugo. Un poema escrito cinco años después así lo afirma: 

“Cuando estuve cerca de vos por primera vez, fue un día dorado. Ese recuerdo, señora, ¿dejó en vuestra alma el mismo rayo que en mi corazón?”. Aparte de poesías, parece ser que en aquella ocasión, la guapa actriz no reparó en el genial escritor; y si lo hizo, no queda constancia. Lo que si es seguro es que, a partir de ese momento, el destino -o sus “ayudantes”- puso manos a la obra y así, el 2 de febrero de 1833, “Lucrecia Borgia” de Victor Hugo triunfaba en el Teatro parisino de San Martín con Juliette en el papel de la princesa Negroni.

 La cercanía por relación profesional y el éxito compartido fueron la mecha de 50 años de pasión. “Ven a buscarme esta noche en casa de la Señora K. Te amaré y esta noche será todo. Me entregaré a ti por completo”, escribió Juliette el 16 de febrero de 1833. Esa noche empezó su historia en común. Durante los siguientes cinco años se dedicó en cuerpo y alma a su amante pero nunca olvidó sus aspiraciones profesionales. Sin embargo, a partir del 18 de noviembre de 1839, día de su “matrimonio moral” con Victor Hugo, Juliette se comprometió a no pisar nunca más un escenario, tal y como le pedía su amor que, a cambio, le prometió estar a su lado toda la vida y hacerse cargo de su destino y del de su hija Claire. “Yo soy tu mujer. Puedes admitirlo sin enrojecer. Y, sin embargo, mi primer título, el que quiero conservar por encima de cualquier otro, es el de tu amante, tu amante apasionada, ardiente, abnegada, para la que no cuenta sino tu mirada para vivir y tu sonrisa para ser feliz”, escribió Juliette al día siguiente de su “matrimonio moral”.  
 
A partir de ese momento, Juliette se consagró por entero a su relación con el escritor, llegando incluso a no salir de casa si éste no le daba su aprobación, tal y como Victor Hugo mismo le imponía, o dejando que él abriese su correspondencia, algo legítimo para los maridos de un siglo XIX marcado por “la falta de igualdad entre los sexos, ya que el marido debe proteger a la mujer y ésta le debe obediencia”, según rezaba una ley de 1804. Sin embargo, siguió dando rienda suelta a su creación a través de la correspondencia y de una serie de escritos privados a los que confiaba sus temores y sufrimientos y desengaños. En aquéllos años, entre 1843 y 1846 ambos compartieron el dolor de perder a un hijo: Victor Hugo a su primogénita, Leopoldine, que se ahogó en 1843, y Juliette a su única hija, una joven frágil para la que el escritor fue un padre adoptivo, que falleció de tisis tres años después. Las críticas sociales no les habían separado. El dolor tampoco lo logró. Su amor se impuso incluso a la historia en 1850, cuando tras el golpe de Estado de Luis Napoleón Bonaparte, el republicano y revolucionario Victor Hugo se vio obligado a exiliarse. Pudo escapar gracias a la valentía de Juliette, que lo escondió y mintió por él. Ahí empezaron 19 años de exilio, de una “abnegación absoluta y completa” por parte de la joven, que convirtió la escritura en un remedio para su alma y su vida: no sólo pasó a ser la copista de las obras de su amado y a organizar la correspondencia del famoso escritor, sino que se hizo cargo de la redacción de un periódico revolucionario desde el exilio. En esa época, en vez de esperar a su amante “veintitres horas y tres cuartos de veinticuatro horas, desde el primer día de año tras año hasta el último día”, como se puede leer en una de las misivas de la exposición, Juliette pudo tener todos los días “su pequeña mano adorada”, pasear “del brazo” y “gozar de todas las posibilidades para amar sin trabas ni interrupción”. “Estar contigo, no importa dónde, eso es la felicidad: los paseos, el campo, las cenas y el 'resto'; es el lujo al que no estoy acostumbrada. (...) Vamos a vivir la misma vida, ver con los mismos ojos, respirar el mismo aire y amarnos libremente frente al Dios que nos ha bendecido”, escribió en 1862. Era como predecir el futuro, pues Juliette pudo vivir sus últimos años junto a su hombre adorado, tras la muerte, en 1868 de la esposa de Víctor Hugo. Juliette se fue de este mundo amando al gran escritor. “Me agarro a la vida con toda la fuerza de mi amor para no dejarte demasiado tiempo sin mí en la tierra. Pero, por desgracia, la naturaleza se revela y no quiere”, escribió. En 1885, Victor Hugo se “reunió” con ella, tal y como le había prometido en el primer aniversario de su muerte: “Nos volveremos a ver en la vida futura, mujer admirable”. Fue el vibrante epílogo de cincuenta apasionados años de amor. ¡ Un amor de novela hecho realidad

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La fiesta de KIKÍN, EL SALTARÍN , se celebró en el Club Social Miraflores , con CUENTACUENTOS , canciones , ricos bocaditos y mucha alegría. Una historia en rima que fomenta los valores de la alegría, la amistad y el compromiso.

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“La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla.” G García M.

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“Los recuerdos son los tesoros que se mantienen atrapados en el almacén de nuestras almas, para mantener el corazón caliente cuando estamos solos.” Becky Aligada

HAIKU DE FANNY JEM WONG

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entre bocados / al final se escucha / gochisousama

CON MI FAMILIA

CON MI FAMILIA
Confucio veía la familia como el cimiento de la sociedad y sostenía que el respeto y la armonía dentro de ella eran esenciales para el bienestar de todos sus miembros. Consideraba que la familia era el lugar donde se debían aprender los valores morales y éticos, y donde se debían forjar los lazos familiares fuertes y duraderos. Además, destacaba la importancia de los roles y las responsabilidades dentro de la familia, así como la educación como herramienta para mejorar la sociedad. En definitiva, Confucio nos dejó un legado que enfatiza la importancia de la familia como pilar fundamental en nuestras vidas. FUENTE : https://filosofiaoriental.info/que-dice-confucio-de-la-familia/