Carta de Cesare Pavese a Pierina (Fragmentos)
Querida Pierina:
... Pierina, quisiera ser tu hermano -ante todo porque en ese caso habría entre nosotros un vínculo menos banal, y después para que pudieras escucharme y creerme con confianza. Si me enamoré de ti, no es sólo porque, como se dice, te deseaba, sino porque tú y yo estamos cortados con la misma vara, y te mueves y hablas como lo haría yo, si en vez de ser un hombre que sólo aprendió el oficio de escribir hubiese tenido tiempo de aprender a estar en el mundo. Por otra parte, existe la misma elegancia y seguridad en lo que yo he escrito y en tus días. Sé entonces a quien le hablo.
Pero tú, a pesar de haberte vuelto árida y casi cínica, no estás al fin de la vela como yo. Tú eres joven, eres lo que yo era a los veinticinco años cuando, decicido a matarme por no sé qué desilusión, no lo hice -estaba curioso por el mañana, curioso de mí mismo- la vida me había parecido horrible, pero aún me encotraba interesante a mí mismo. Ahora es a la inversa: sé que la vida es estupenda, pero que estoy fuera de ella, y el mérito es todo mío, y sé que esta es una tragedia fútil...
...¿Puedo decirte, amor, que nunca me desperté con una mujer al lado, que cuando quise a alguien nunca me tomaron en serio y que ignoro la mirada de agradecimiento que una mujer dirige a un hombre? ¿Y puedo recordarte que, a causa del trabajo que hice, siemrpe tuve los nervios destrozados y la fantasía ágil y exacta y el gusto de las confidencias ajenas? Y que estoy en el mundo desde hace cuarenta y dos años? No se puede quemar la vela de los dos lados -en mi caso la quemé toda de un solo lado y la ceniza son los libros que he escrito...
...El amor es como la gracia de Dios -la astucia no sirve-. Por mi parte, te quiero mucho Pierina, te quiero como una fogata. Llamémoslo el último resplandor de la vela...
Cesare Pavese conoció a la joven Pierina en Bocca di Magra, con quien vivió su última aventura amorosa en 1950, poco antes de suicidarse.
... Pierina, quisiera ser tu hermano -ante todo porque en ese caso habría entre nosotros un vínculo menos banal, y después para que pudieras escucharme y creerme con confianza. Si me enamoré de ti, no es sólo porque, como se dice, te deseaba, sino porque tú y yo estamos cortados con la misma vara, y te mueves y hablas como lo haría yo, si en vez de ser un hombre que sólo aprendió el oficio de escribir hubiese tenido tiempo de aprender a estar en el mundo. Por otra parte, existe la misma elegancia y seguridad en lo que yo he escrito y en tus días. Sé entonces a quien le hablo.
Pero tú, a pesar de haberte vuelto árida y casi cínica, no estás al fin de la vela como yo. Tú eres joven, eres lo que yo era a los veinticinco años cuando, decicido a matarme por no sé qué desilusión, no lo hice -estaba curioso por el mañana, curioso de mí mismo- la vida me había parecido horrible, pero aún me encotraba interesante a mí mismo. Ahora es a la inversa: sé que la vida es estupenda, pero que estoy fuera de ella, y el mérito es todo mío, y sé que esta es una tragedia fútil...
...¿Puedo decirte, amor, que nunca me desperté con una mujer al lado, que cuando quise a alguien nunca me tomaron en serio y que ignoro la mirada de agradecimiento que una mujer dirige a un hombre? ¿Y puedo recordarte que, a causa del trabajo que hice, siemrpe tuve los nervios destrozados y la fantasía ágil y exacta y el gusto de las confidencias ajenas? Y que estoy en el mundo desde hace cuarenta y dos años? No se puede quemar la vela de los dos lados -en mi caso la quemé toda de un solo lado y la ceniza son los libros que he escrito...
...El amor es como la gracia de Dios -la astucia no sirve-. Por mi parte, te quiero mucho Pierina, te quiero como una fogata. Llamémoslo el último resplandor de la vela...
Cesare Pavese conoció a la joven Pierina en Bocca di Magra, con quien vivió su última aventura amorosa en 1950, poco antes de suicidarse.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ