Carta de Ana Bolena a Enrique VIII
Señor,
Corresponde
solamente a la augusta mente de un gran rey, a quien la naturaleza ha
dado un corazón lleno de generosidad hacia mi sexo, compensar con
favores tan extraordinarios una conversación ingenua y corta con una
muchacha. Inagotable como es el tesoro de generosidad de su majestad, le
ruego considerar que pueda no ser suficiente para su generosidad;
porque, si usted recompensa tan leve conversación por regalos tan
grandes, ¿qué podrá usted hacer por los que están listos consagrar su
obediencia entera a sus deseos? Cuán grandes pueden ser los obsequios
que he recibido, y la alegría que siento por ser amada por un rey a
quien adoro, y a quien con placer sacrificaría mi corazón. Si la fortuna
lo ha hecho digno de ofrecerlo, estaré infinitamente agradecida. El
mandato de dama de honor de la reina me induce a pensar que su majestad
tiene cierta estima por mí, y puesto que mi ocupación me da medios de
verle frecuentemente, podré asegurarle por mis propios labios (lo cual
haré en la primera oportunidad) que soy la más atenta y obediente sierva
de su majestad, sin ninguna reserva
Ana Bolena.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ