FANNY JEM WONG |
¿QUIÉN ES MÁS FELIZ? ¿QUIÉN HACE LO QUE DEBE O QUIÉN AMA LO QUE HACE? POR FANNY JEM WONG
Siempre me he preguntado ¿Quién es más feliz? ¿Quién hace lo que debe o quien ama lo que hace? La respuesta es obvia, pero lo curioso es que en ocasiones no resulta nada rentable.
La poesía económicamente hablando termina siendo un desastre, pocos compran libros de poesía, a eso súmale que para que te publiquen debes ahorrar y producir tus propio poemarios. Los cuales seguramente terminarás regalándolos a tus familiares y amigos. Aunque, tienes la opción como averigüe hace algún tiempo, de dejar algunos ejemplares en librerías como “Crisol”, “Época” entre otras a concesión y esperar ver si tienes suerte.
Las editoriales prefieren como opinan muchos, reeditar a los consagrados que por su excelencia comprobada ameritan la inversión, con toda justicia por cierto. Aunque me pregunto si estos grandes poetas de los que tanto disfrutamos, habrán gozado tan solo un poco de la rentabilidad de sus obras, la respuesta en la mayoría de los casos es que no fue así.
En los últimos años la moda y el dinero está en la producción de "Best Selers", quizás debiera animarme a escribir mi vida, podría resultar que mis monstruos, fantasmas, laberintos, espejos y musas inquietaran la mente de muchos hasta la sorpresa o el miedo jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. ¡Cómo me divierte imaginarme sus rostros!
-¿Sé podrá vivir de la poesía?
- ¿Quién compra un poema?
-¿Cuál de mis poemas vendería?
-¿Le podré poner precio a mi poesía y por ende a las emociones que las vistieron?
Con mis inquietudes ingrese a “Mercado Libre” del que tanto se habla y donde se venden las cosas más insólitas según me habían comentado, pero no encontré nada extraño , ni tampoco quién vendiera un poema .Es más ni siquiera tenía la menor idea de cómo se puede hacer eso en lugar así. Vi cosas interesantes no lo niego pero nada parecido a lo que me llevo allí.
Pensar que todo esto que escribo es el resultado de haber revisado mis estados de cuenta, nunca antes alguno de ellos me sirvió de musa, pero es tiempo de cambiar y de aprovechar lo que despiertan para producir algo más útil que dolores de cabeza.
-Ahora resulta que un estado de cuenta es tu musa….
-¡Qué bárbara!
-Y después de reírme por largo rato y de escribir todo esto, finalmente me respondo
-No tienen precio
-Mis poesías no tienen precio, porque sería tan alto que nadie podría pagarlos.
-Las seguiré compartiendo con quienes las deseen leer, no viviré de ella pero sí en ella y para ella ¡Así sea!
En fin, exploré en la red, encontré que hubo otra persona con las mismas inquietudes y bueno hizo uso de su creatividad e incursionó en una nueva línea de trabajo a la que puso de nombre "Poesía a la carta" .
Les dejo la nota para que la lean me parece interesante se titula “Quien Compra Un Poema” y fue publicada en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1595988
“QUIEN COMPRA UN POEMA”
Cuando el sentido del gusto quiere deleitarse, no hace falta ir a un costoso restaurante, ni gastarse miles de pesos en platos de la más alta cocina.
Cuando de impresionar se trata, se puede acudir a un variado y muy económico "menú" romántico, de un "restaurante" que huele a versos, que sabe a lírica y en el que la métrica y la musicalidad, se perciben en el ambiente.
Aquí, los poemas se sirven en delicadas hojas y se empacan en carpetas con dedicatoria incluida. Todo esto con el sello del lugar: "Poesía a la carta".
Esta "carta" es exhibida por J.Bernal, verdadera gourmet de la poesía, de 54 años, que lleva tres atendiendo el local de versos y a quien le encanta el contacto con las personas y sus historias.
"Son tantos los poemas que me he leído que ya perdí la cuenta", dice J.Bernal.
Ella se encarga de ayudar a los indecisos a elegir de los 2.700 "platos" cuál es el mejor para obsequiar, según la persona o la situación. "Cuando la gente está indecisa, les digo que me cuenten para quién es el poema y por qué lo va a regalar, y ellos me cuentan sus historias, así es más fácil ayudarlos".
Táctica y estrategia.
Una vez llegan los comensales y le plantean sus exigencias, J.Bernal pacientemente llama a los cocineros. Los más destacados chefs de la lírica, no solo nacional sino internacional, para que ayuden a aquellos que quieren halagar, felicitar o pedir perdón, como el caso de Luis Alejandro.
El es un joven ejecutivo que llega al lugar en busca de ayuda para "desembarrarla" con su novia. "Necesito un poema para pedirle perdón -dice Luis angustiado-. Nunca me imaginé estar haciendo esto, pero creo que solo con poesía puedo conseguir su perdón".
J.Bernal lo mira, sonríe y eleva sus ojos azules, pensando a qué poeta recurrir para ayudar al joven. Los más opcionados: Mario Benedetti, José Cernuda y un colombiano, Darío Jaramillo.
"Aquí hay poemas de reconciliación, puede mirarlos todos, pero le recomiendo El daño, de Darío Jaramillo", le responde J.Bernal.
Un poco más entusiasmado, Luis toma asiento en compañía de un amigo y comienza a hojear el menú que le han sugerido. En efecto, la recomendación de nuestra gourmet lo ha convencido. "Póngale positivismo al asunto y verá que las cosas le salen bien", le aconseja J.Bernal.
Descanse en paz la guerra.
En Poesía a la carta tiene cabida el país entero. En el último año se le rindió un homenaje a Colombia, titulado "Descanse en paz la guerra". El menú incluía poemas referentes al desplazamiento, al enfrentamiento armado, a las masacres.
Esta antología de 25 poemas que busca resarcir al país de tantas desgracias, ha encontrado un lugar importante dentro del menú. J.Bernal recomienda algunos como Caja de cartón, del bogotano Manuel Pachón, que habla de los desplazados, un plato muy fuerte para los que sienten dolor de patria. "En una caja de cartón caben muchos objetos, pero no cabe tanta rabia, tanto dolor".
J.Bernal lleva tres años recomendando poesía a los bogotanos que a diario concurren a “Poesía A La Carta”, su mayor satisfacción es ver que sus "comensales" se vayan satisfechos.
Publicación.eltiempo.com
Sección: Bogotá
Fecha de publicación 28 de marzo de 2004
Autor Diana Ortiz
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ