1. La poesía ocurre como un accidente, un atropello, un enamoramiento, un crimen; ocurre diariamente, a solas, cuando el corazón del hombre se pone a pensar en la vida.
2. Estoy enfermo de ti que me eres necesaria como un vicio tremendo imprescindible, exacta, insoportable.
3. Te quiero a las diez de la mañana, y a las once, y a las doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia.
4. Morir es callar, no decir nada, no moverse, dejar el paso a otros, no respirar… y estar presente en todos los lados escondido.
5. Estoy dispuesto a ti. Tú me lees como un poema, me expresas todo lo que yo no expreso.
6. Te quiero, amor, amor absurdamente, tontamente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado.
7. Te desnudas igual que si estuvieras sola y de pronto descubres que estás conmigo. ¡Cómo te quiero entonces entre las sábanas y el frío!
8. En mis labios te sé, te reconozco, y giras y eres y miras incansable y toda tú me suenas dentro del corazón como mi sangre.
9. Tienes que oír mi amor con su voz, tocarlo en su carne, aceptarlo como es, desnudo y libre.
10. No hay que comportarse como un poeta, sino como un humano. Un escritor se enoja cuando plagias su carácter; pero te queda su libertad.
11. Necesito una realidad, una vigencia, a ti, presente, cercana, para decir te quiero. Mi corazón se nutre de mis ojos, de mis manos, de todo lo que miro y toco. La ausencia es un engaño.
12. Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías, te he dicho “ya es tarde”, y tú sabías que decía “te quiero”.
13. Alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente. Me dijo: ¡vive, vive, vive! Era la muerte.
14. Con mi lengua y mis ojos y mis manos te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne, a siembra, a flor, hueles a amor, a ti, hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
15. Sólo quiero una semana para entender las cosas. Porque esto es muy parecido a estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.
16. Porque eres distinta a todas las mujeres, en tu cuerpo, en tu andar, en lo que eres para mis ojos, en lo que sugieres a mi corazón.
17. Es aquí en la vida en donde tengo que encontrar remedio de la vida. Y una buena receta es el amor y el saber mirar por encima de mi hombro mis propias penas. Me haces daño, me descompones. Me dueles. Asesíname, aquí tienes mi corazón y mi alma, porque después de este amor, ya no me queda nada.
18. ¿Qué hago yo aquí? A veces se da uno cuenta, repentinamente, de que la vida es torpe y vacía, y se echa uno a reír.
19. No me hables, si quieres, no me toques, no me conozcas más, yo ya no existo. Yo soy sólo la vida que te acosa y tú eres la muerte que resisto.
20. Ay, Tarumba, tú ya conoces el deseo. Te jala, te arrastra, te deshace. Zumbas como un panal. Te quiebras mil y mil veces.
21. El amor es la prórroga perpetua, siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
22. No hay que llorar la muerte, es mejor celebrar la vida.
23. Los árboles esperan: tú no esperes, éste es el tiempo de vivir, el único.
24. Puedo estar llamándote en silencio hasta el amanecer.
25. Me acuerdo de ti a cada instante, pero tú eres imposible y no estoy triste.
26. Perdóname si creo ofenderte, a veces, cuando piso una flor.
27. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno. Me receto tiempo, abstinencia, soledad.
28. Saben que se conocen profundamente cuando se despiertan solos, desnudos y abrazados.
29. El poema es el momento en que se capta con la sangre el pensamiento de la vida.
30. No llores que murió; alégrate de que vivió.
31. Mi corazón emprende, de mi cuerpo a tu cuerpo, un último viaje.
32. ¿Han visto ustedes un gesto de ternura en el rostro de un loco dormido?
33. Quiero comer contigo, estar, amar contigo, quiero tocarte, verte.
34. El amor puede ser gratificante y enternecedor, pero también doloroso e insoportable.
35. A pesar de estar apagado, desprendido de ti, seguiré amándote toda la eternidad.
36. Yo me voy a otra parte. Y me llevo mi mano, que tanto escribe y habla.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ