Simón Bolívar y Manuela Sáenz
No, no y no; por el amor de Dios, basta. ¿Por qué te empeñas en que
cambie de resolución? !Mil veces no! Señor mío, eres excelente,
inimitable. Pero, mi amigo, no es grano de anís que te haya dejado por
el general Bolívar; dejar a un marido sin sus méritos no sería nada.
¿Crees por un momento que después de haber sido amada por este hombre
durante años, de tener la seguridad de que poseo su corazón, voy a
preferir ser la esposa del Padre, del Hijo o del Espíritu Santo, o de
los tres juntos? Sé muy bien que no puedo unirme a él por las leyes del
honor, como tú las llamas, pero, ¿crees que me siento menos honrada
porque sea mi amante y no mi marido? Déjame en paz, mi querido inglés.
Amas sin placer. Conversas sin gracia, caminas sin prisa, te sientas con
cautela y no te ríes ni de tus propias bromas. Son atributos divinos,
pero yo miserable mortal que puedo reírme de mí misma, me río de ti
también, con toda esa seriedad inglesa. !Cómo padeceré en el cielo!
Tanto como si me fuera a vivir a Inglaterra o a Constantinopla. Eres más
celoso que un portugués. Por eso no te quiero. ¿Tengo mal gusto? Pero,
basta de bromas. En serio, sin ligereza, con toda la escrupulosidad, la
verdad y la pureza de una inglesa, nunca más volveré a tu lado…
Siempre tuya, Manuela.
Siempre tuya, Manuela.
10 de abril de 1825
Mi bella y buena Manuela: Cada momento estoy pensando en ti y en el destino que te ha tocado. Yo veo que nada en el mundo puede unirnos bajo los auspicios de la inocencia y el honor. Lo veo bien, y gimo de tan horrible situación, por ti; porque te debes con quien no amabas; y yo porque debo separarme de quien idolatro! Sí, te idolatro más que nunca, jamás. Al arrancarme de tu amor y de tu posesión se me ha multiplicado el sentimiento de todos los encantos de tu alma y de tu corazón divino (…).
Bolívar
17 de noviembre de 1825
Señor: Estoy muy boba y enferma. Cuán cierto es que las grandes ausencias matan el amor; y aumentan las grandes pasiones. Vd. me tendría muy poco amor, la grande separación lo acabó; pero yo que por Vd. tuve pasión, que ésta la he conservado por conservar mi reposo y mi dicha, que ella existe y existirá mientras viva. (…)
Manuela.
26 de noviembre de l825
Mi amor: ¿Sabes que me ha dado mucho gusto tu hermosa carta? (…) Lo que me dices de tu marido es doloroso y hermoso a la vez. Deseo verte libre, pero inocente juntamente; porque no puedo soportar la idea de ser el robador de un corazón que fue virtuoso y que no lo es por mi culpa. No sé cómo hacer para conciliar mi dicha y la tuya con tu deber y el mío. (…)
Bolívar
El amor que se profesaban Simón Bolívar y Manuelita Sáenz ha pasado a la historia, sustentado por esos mudos testigos que gritan amor letra a letra: sus cartas.
Mi amor: ¿Sabes que me ha dado mucho gusto tu hermosa carta? (…) Lo que me dices de tu marido es doloroso y hermoso a la vez. Deseo verte libre, pero inocente juntamente; porque no puedo soportar la idea de ser el robador de un corazón que fue virtuoso y que no lo es por mi culpa. No sé cómo hacer para conciliar mi dicha y la tuya con tu deber y el mío. (…)
Bolívar
El amor que se profesaban Simón Bolívar y Manuelita Sáenz ha pasado a la historia, sustentado por esos mudos testigos que gritan amor letra a letra: sus cartas.
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De mis manos brotarán
amapolas rojas como la sangre.
Así, quizás mi poesía sea eterna.
MI POESÍA SOY YO
FANNY JEM WONG M
LIMA - PERÚ