Cartas de Napoleón a Josefina
No le amo, en absoluto; por el contrario, le detesto, usted es una sin importancia, desgarbada, tonta Cenicienta. Usted nunca me escribe; usted no ama a su propio marido; usted sabe qué placeres sus las letras le dan, pero ¡aún así usted no le ha escrito seis líneas, informales, a las corridas!
¿Qué usted hace todo el dia, señora? ¿Cuál es el asunto tan importante que no le deja tiempo para escribir a su amante devoto? ¿Qué afecto sofoca y pone a un lado el amor, el amor tierno y constante amor que usted le prometió? ¿De qué clase maravillosa puede ser, que nuevo amante reina sobre sus días, y evita darle cualquier atención a su marido? ¡Josephine, tenga cuidado! Una placentera noche, las puertas se abrirán de par en par y allí estaré.
De hecho, estoy muy preocupado, mi amor, por no recibir ninguna noticia de usted; escríbame rápidamente sus páginas, paginas llenas de cosas agradables que llenarán mi corazón de las sensaciones más placenteras.
Espero dentro de poco tiempo estrujarla entre mis brazos y cubrirla con un millón de besos debajo del ecuador.
Napoleón Bonaparte
París, Diciembre de 1795
Despierto lleno de
pensamientos sobre tí. Tu retrato y la intoxicada tarde que pasamos ayer
han dejado mis sentidos en la agitación. ¡Dulce, incomparable
Josephine, qué efecto extraño tienes en mi corazón! ¿Estás enojada? ¿Veo
tu mirada triste? Estás preocupada?... Mi alma duele de pena, y no
puede haber descanso para tí amada; pero ¿todavía hay más guardado para
mí cuando, rendido a los sentimientos profundos que me abruman, dibujo
desde tus labios, desde tu corazón, un amor que me consume con fuego?
¡Ah! ¡Fue ayer por la noche que comprendí completamente cuán falsa es la
imagen de tí que da tu retrato! Estás partiendo al mediodía; Te veré en
tres horas. Hasta entonces, mio dolce amor, mil besos; pero no me
correspondas ninguno, porque encienden mi sangre.
Napoleón encontró a
Josephine Rose de Beauharnais, su "incomparable Josephine". Josephine
nació en Martinica, estuvo casada con el Vizconde Alexandre de
Beauharnais, que fue decapitado durante el reinado del terror. Ella
misma escapó por poco a la guillotina. Tenía dos niños, Hortense y
Eugine. La bella viuda criolla, cautivó a Napoleón. Éste se olvidó de la
pobre Desirée y enloqueció de amor por Josephine. Ella no tomó al
principio muy en serio al joven general, simplemente flirteó con él,
como lo hacía con otros tantos. Napoleón Bonaparte y Josephine se
casaron en 1796, en una ceremonia civil.