Alquimista 
El acto de escribir: el lector
Por: Paulo Coelho
“Hay
 dos tipos de escritores: unos hacen pensar, y otros hacen soñar”, dice 
Brian Aldiss, que durante mucho tiempo me hizo soñar con sus libros de 
ciencia ficción.
Pensando en su frase , resolví escribir unas columnas sobre el tema. Me parece, en principio, que todos los seres humanos tienen por lo menos una buena historia que contar a sus semejantes. Recojo aquí algunas reflexiones sobre importantes elementos en el proceso de creación de un texto. Todo escritor debe ser, antes que nada, un buen lector. Quien no lee lo que escriben los demás, nunca llegará a conocerse. Por lo tanto, antes de comenzar cualquier cosa, debes buscar a personas interesadas en compartir sus experiencias.
Pensando en su frase , resolví escribir unas columnas sobre el tema. Me parece, en principio, que todos los seres humanos tienen por lo menos una buena historia que contar a sus semejantes. Recojo aquí algunas reflexiones sobre importantes elementos en el proceso de creación de un texto. Todo escritor debe ser, antes que nada, un buen lector. Quien no lee lo que escriben los demás, nunca llegará a conocerse. Por lo tanto, antes de comenzar cualquier cosa, debes buscar a personas interesadas en compartir sus experiencias.
Yo
 no digo: “Acércate a otros escritores”, sino: “Encuentra a personas con
 diferentes habilidades, porque escribir no se diferencia de cualquier 
actividad realizada con entusiasmo”.
Tus
 aliados no serán necesariamente aquellas personas de las que todas 
afirman: “Es el mejor”. Muy al contrario: es gente que no tiene miedo de
 equivocarse y que, por eso, se equivoca. Por la misma razón, no siempre
 se reconoce su trabajo. Pero éstas son las personas que transforman el 
mundo, y que, después de muchos errores, logran algún acierto que 
revoluciona para bien la vida de su comunidad.
Son
 personas que no consiguen estar de brazos cruzados, esperando que las 
cosas sucedan, para poder después decidir cuál es la mejor manera de 
contarlo: van decidiendo a medida que actúan.
Convivir
 con este tipo de personas es importante para un escritor, porque éste 
debe entender que, antes de ponerse frente al papel, debe ser lo 
bastante libre como para cambiar de dirección a medida que su 
imaginación viaja. Después de escribir una frase, debe poder decirse a 
sí mismo: “Mientras escribía, recorrí un largo camino y ahora concluyo 
este párrafo con la conciencia de que arriesgué lo necesario y di lo 
mejor de mí mismo”. Los mejores aliados son los que no piensan como los 
demás. Por eso, mientras buscas a tus no siempre visibles compañeros, 
has de creer en tu intuición, y no les prestes oídos a los comentarios 
ajenos. Las personas siempre juzgan a los otros con el modelo de sus 
propias limitaciones .
Únete
 a los que nunca dijeron: “Hasta aquí he llegado, no puedo seguir”. 
Porque de la misma manera que al invierno lo sigue la primavera, nada 
puede parar: tras alcanzar el objetivo es necesario recomenzar, usando 
siempre todo lo aprendido en el trayecto. Únete a los que cantan, 
cuentan historias y disfrutan de la vida . Porque la alegría es 
contagiosa e impide siempre que las personas se dejen paralizar por la 
depresión. Y cuenta tu historia, aunque sólo sea para que la lea tu 
familia.
Paulo Coelho
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